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Epuyén es una localidad argentina ubicada en el departamento Cushamen, y al noroeste de la provincia del Chubut, en la Patagonia andina.
Elevación625 m
 
Datos: Wikipedia
Fotos: Turismo Epuyén
 

Distancias hasta Epuyén

Estas son las distancias por ruta entre las localidades de la Comarca Andina del Paralelo 42° y Epuyén.

 

El Maitén 41 km
El Bolsón 43 km
Lago Puelo 42 km
Cholila 38 km
El Hoyo 29 km

Amantes de la Naturaleza

Una serie de carteles repartidos entre las calles irregulares de Epuyén nos ponen a tono con el espíritu del lugar, refiriéndonos la etimología. Dicen que significa “dos que van”, pero las opiniones, como el nombre, están divididos.

Lo más aceptado es que esos dos que van son sendos arroyos que corren entre el verde de los bosques para volcar sus aguas en el río Epuyén. Un río corto, privilegiado, entre dos grandes lagos que lo alimentan y lo reciben. De un lado el Lago Puelo y del otro el que también se llama Epuyén.

De inmediato, al acercarnos al Parque Municipal Puerto Bonito, se comenta en secreto que allí residen las aguas más cálidas de la Patagonia. La primera vista en verano no deja lugar a dudas sobre la afirmación: unos jóvenes saltan desde las rocas y se zambullen en pantalones cortos, unos kayaks navegan por el medio del espejo cristalino sin olas resaltando sus colores saturados en el verde del lago, y un velero danza con la brisa, blanco, impávido, dejándose llevar sin tiempo. ¿Por qué tendría que ser de otra manera? En Epuyén no hay apuro.

Ha sido un pueblo que se desarrolló siendo pionero, a paso seguro. Antes de llegar a la zona del lago, vale contemplar esa historia que marcó la Comarca Andina. Un potente edificio de correos, de los primeros de la zona, custodia los relatos de los inmigrantes europeos que fueron estableciéndose para trabajar la madera y para sembrar. Algunas edificaciones revelan arquitecturas que no parecen ser de acá, sino importadas.

Hay una mezcla en el aire, de esas que resultan buenas, que transmiten energía positiva. Al descender del vehículo, el visitante lo entiende de inmediato. La gente está en otro plano de relación con las cosas naturales. Se contempla más, se observa con detenimiento, se disfrutan las bondades del universo que han tendido a concentrarse en este punto de la tierra.

La estupa Samantabhadra es un ícono de esa energía que vive en Epuyén. Muy cerca del pueblo, sobre la ruta 40, un cartel discreto junto a un balcón mirador señala el camino de descenso. El automóvil llega hasta un estacionamiento en la montaña, entre arbustos, y comienza la caminata en dirección al monumento budista.

Casi siempre hay viento en ese valle donde se enclava la construcción, lo que agita de manera constante las banderas de plegaria de múltiples colores que ondean para recibir al visitante. No hay posibilidad de no sobrecogerse. Estamos en la intimidad de la naturaleza, entendiendo a la Patagonia desde otro punto de vista, como si fuese un sueño de conexión del que no necesitamos despertar de inmediato.

La imponencia natural del paisaje se la lleva el cerro Pirque. Con sus 1772 metros posee una ladera que es cuidada a rajatabla. Pocos afortunados se encontraron en sus alrededores con el fantasma de la región: el Huemul. Por eso fue declarada zona intangible, para proteger ese tesoro esquivo que tuvo que aprender a convivir con la presencia humana. Los vecinos que los vieron lo cuentan con orgullo; lo interpretan como un regalo, una visión mística. Las cosas y los personajes se alinean en Epuyén, bajo un halo que, quizás, explique por qué es tierra de artesanos.

Puede que la última expresión de este trabajo manual sean la cerveza artesanal y los cultivos hidropónicos. Formas de trabajar la tierra y sus frutos en una perspectiva íntima, respetando el tiempo de cada grano. Para el visitante es difícil resistirse a probar una bebida hecha así o degustar una ensalada que se cultivó ahí nomás, a metros de donde se sirve.

Teniendo suerte, lo cual no es infrecuente en Epuyén para el que viaja a conocer el pueblo, se pueden ver los cóndores sobrevolar. Planean sobre nuestras cabezas en círculos, aprovechando el aire, majestuosos, extendiendo las alas a más no poder para gloriarse de su porte. Hay que estar preparados para las largas sesiones de cuellos doblados y cabezas levantadas, cámara en mano, inmortalizando sus bailes aéreos.

Si se gusta del trekking, un sendero bien marcado lleva hasta la base de la condorera. Se parte del Parque Municipal Puerto Bonito y, tras un ascenso progresivo, se arriba a un balcón de piedra que nos pone el espectáculo en primer plano. Los cóndores bajan curiosos y muestran sus plumas perfectas al observador. Parece que se los puede tocar apenas estirando la mano.

Volver a la rutina después de visitar Epuyén es difícil. Los ojos se nos han cambiado. En realidad, se nos cambió el corazón. Ahora podemos entender mejor los ritmos de la naturaleza y su paso firme por la historia que se proyecta al universo, el cual tenemos la fortuna de contemplar.

Cómo llegar a Epuyén

Desde cualquier parte del Mundo

 

Cómo llegar a Epuyén

Desde cualquier parte del Mundo

 

  • Por el Norte desde San Carlos de Bariloche por Ruta Nacional 40 (159,4 km)

  • Por el Sur desde Esquel por Ruta Nacional 40 (124,5 km).

A las ciudades de Bariloche y Esquel llegan vuelos desde las principales ciudades argentinas como Buenos Aires, Córdoba, Rosario, El Calafate y otras según la época del año.

También conecta de manera internacional con San Pablo, en Brasil.

Existe una gran oferta de ómnibus en Argentina y la mayoría tiene servicios desde y hacia Bariloche o Esquel. De allí es posible llegar hasta Epuyén en colectivotaxi o remis.

Oficina de Turismo de Epuyén

Las Taguas 285
Epuyén, Chubut, Argentina
Tel. +54 294 5499375
turismoepuyen@gmail.com
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